El trabajador actual valora su libertad
Las
prácticas laborales de la era industrial que coexisten con los patrones de
trabajo introducidos por la informática constituyen una paradoja. Numerosas empresas,
ancladas a procesos establecidos en el pasado, hacen que muchos trabajadores
tengan por norma un empleo
presencial con horario definido para realizar tareas rutinarias de escaso
aprendizaje.
Estos patrones laborales fijos, heredados de la revolución industrial, que se hacían a través de líneas de producción organizadas pasando objetos físicos de un individuo a otro mediante plantillas de personal dispuestas en un mismo sitio con determinado orden, continúa teniendo validez en la industria, aunque la tecnología ha hecho que el intercambio de objetos se realice de forma automatizada entre robots y no entre personas.
Estos patrones laborales fijos, heredados de la revolución industrial, que se hacían a través de líneas de producción organizadas pasando objetos físicos de un individuo a otro mediante plantillas de personal dispuestas en un mismo sitio con determinado orden, continúa teniendo validez en la industria, aunque la tecnología ha hecho que el intercambio de objetos se realice de forma automatizada entre robots y no entre personas.
Pero en los
ambientes de la oficina moderna el proceso de trabajo en línea se revaluó. Muchos
sistemas de gestión, procesos de comunicación y organización empresarial que
subsisten fueron pensados para la industria manufacturera, por lo que las
personas, aún en oficinas, debían estar emplazadas en un sitio fijo, esquema
que empieza a ser cuestionado en la era de la informática y las comunicaciones.
De ahí que permanecer anclado a un puesto de trabajo está siendo asociado con una
actividad poco productiva, insatisfactoria
para el empleado e ineficaz para el empresario.
El nuevo paradigma laboral.
Hoy no es preciso llevar papeles entre escritorios o
dependencias, ni se requiere estar frente a nuestros interlocutores para
comunicarnos. La tecnología ha revolucionado nuestra relación y productividad para
trabajar, nos ha enfrentado a la realidad de elaborar documentos y enviar-recibir
correos electrónicos desde cualquier lugar, compartir archivos en la nube,
participar de reuniones con personas en otros lugares del mundo y mantenernos
en contacto con los compañeros de trabajo a través de diversos medios sociales de
comunicación.
Estos adelantos nos permiten tener
acceso a la documentación de la empresa sin estar confinados en oficinas,
podemos actualizarnos de los últimos avances sin necesidad de asistir a
reuniones presenciales. Es como
administrar el don de ubicuidad de manera responsable para aumentar la
productividad laboral.
La
generación de jóvenes que recién se incorpora a la fuerza laboral no concibe un
mundo sin computadores, teléfonos inteligentes, tabletas e internet. El trabajador del siglo XXI se puede
comunicar con sus colegas donde estén y en el momento que requiera. Su mente y
estilo de vida no se ven atados a una oficina para trabajar, por lo que cuestionan
el modelo laboral presencial heredado de un pasado que consideran anacrónico.
Este neo-protagonista laboral
tiene expectativas que van más allá de cumplir un horario y realizar una tarea
predefinida en un lugar determinado a cambio de recibir vacaciones, seguridad
social, ingresos económicos estables y la promesa de una pensión al final de su
vida. El trabajador actual no entiende los límites tradicionales entre vida
privada y laboral, ha revalorado su libertad
personal, quiere tener poder de decisión sobre la prevalencia del trabajo
en sus vidas y se siente más innovador y productivo realizando su labor sin
necesidad de responder a sistemas rígidos traídos de la era industrial.
Armando Rodríguez Jaramillo.
Director NaoClúster - armando@naocluster.com
Director NaoClúster - armando@naocluster.com
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