Desafíos del Comité de Regionalización
La
creación del Comité de Regionalización en el marco del Sistema Nacional de
Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCCTI) es una iniciativa
gubernamental que puede traer importantes beneficios.
Lograr el aumento de la productividad y la
sofisticación del aparato productivo con el fin de contribuir al crecimiento de
la economía colombiana y del ingreso de sus habitantes en el largo plazo es el
objetivo del documento Conpes sobre Política Nacional de Desarrollo Productivo publicado
preliminarmente por el DNP, cuyo logro podría
verse amenazado si
el diálogo entre la nación y sus regiones no mejora, plática que se debe
entender como la necesaria articulación entre el gobierno nacional y los gobiernos
territoriales, entre las grandes empresas y las unidades productivas locales, y
entre las universidades con capacidades en formación e investigación y los
institutos de educación superior de provincia. Es un diálogo al que le corresponde disminuir el volumen al centralismo
para escuchar la voz de las regiones que es donde se crea la competitividad
nacional.
Es por esto que el de Regionalización no puede ser reconocido como el octavo comité del
SNCCTI, pues está llamado a llenar un vacío que ha limitado que la competitividad
avance y que se podría resumir en los siguientes aspectos:
- Desarticulación de los agentes del gobierno por no tener un discurso único sobre competitividad que evite realizar actividades disímiles con presupuestos independientes y metas dispersas. Este desajuste se traslada al ámbito territorial donde oficinas de diferentes ministerios trabajan de forma descoordinada con las administraciones departamentales y municipales.
- Desconexión entre las prioridades del gobierno nacional y las de los gobiernos territoriales que conduce a que las relaciones graviten en torno a la ejecución de los presupuestos de inversión y no alrededor de la solución de los problemas del sector productivo local.
- Conceptualización dispersa sobre competitividad entre dependencias del gobierno central (para dos o tres ministerios la competitividad es su foco, para los otros es un agregado de la política nacional), y entre estas con las gobernaciones y alcaldías. En relación a estas últimas, es usual que la institucionalidad territorial acuse una baja concientización de la importancia de la innovación y la competitividad, hecho que dificulta la definición y aplicación de políticas locales de desarrollo productivo (son la excepción los departamentos con aglomeraciones urbanas dotadas de centros universitarios y núcleos empresariales que comprenden los beneficios de la globalización de la economía y el conocimiento).
- Discontinuidad en la gestión de la competitividad y dificultad para fijar focos estratégicos. La continuidad, si bien se ha mantenido en forma relativa en lo nacional, en lo local está supeditada a la voluntad de los gobernantes de turno, lo que induce ciclos de aceleración y desaceleración de la gestión de la competitividad que termina por causar pérdidas de oportunidades y menoscabo de la credibilidad de los empresarios en el proceso.
Así que en buena hora se creó el Comité de
Regionalización como instancia que contribuya a subsanar, entre otros, los desajustes
mencionados. Sin embargo, a través del Comité se podría apoyar a las Comisiones
Regionales de Competitividad (CRC) para que se adecúen al artículo 186 de la
Ley 1753 de 2015 del Plan Nacional de Desarrollo y se conviertan en verdaderos espacios de encuentro para proponer, discutir
y acordar las agendas de competitividad e innovación territoriales en el
marco de la Política Nacional de Desarrollo Productivo, evitando que sean
simples satélites del Sistema Nacional.
Una nueva organización de las CRC.
En consecuencia, es prioritario impulsar
el fortalecimiento de las CRC, no con el modelo de organización estándar que
han inducido las normas preexistentes, sino fomentando que cada departamento estructure su CRC de acuerdo a sus particularidades
locales. No puede tener similar organización una Comisión de un territorio
cuyas cadenas productivas se fundamentan en bienes básicos agropecuarios, que la
de una región minero-energética o la de un departamento dotado de bienes
públicos con núcleos empresariales y clústeres consolidados que producen bienes
y servicios de alto valor agregado para mercados exigentes nacionales e
internacionales.
Cada
CRC debería tener una estructura y composición acorde con su contexto y perfil
productivo local para que responda de forma eficiente a los desafíos y retos de
su región, con la capacidad
de reformarse a medida que sus empresarios y clústeres vayan escalando en
complejidad y sofisticación con el fin de comprender los desafíos de cada
estadio de desarrollo regional.
A
la heterogeneidad de un país con gran diversidad local tendrá que hacerle
lectura el Comité de Regionalización
de manera que contribuya a sintonizar la agenda de competitividad e innovación del
SNCCTI con las realidades departamentales, a focalizar la Política de
Desarrollo Productivo y a escalar al nivel central las prioridades regionales.
Armando Rodríguez Jaramillo
Director NaoClúster - armando@naocluster.com
Armando Rodríguez Jaramillo
Director NaoClúster - armando@naocluster.com
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