La oficina del futuro
La oficina tradicional se está transformando a gran velocidad. Así como
en los ochenta y noventa se produjo un cambio en su arquitectura, distribución
del trabajo y productividad con la aparición del computador personal, la internet y el teléfono
celular, hechos que fueron transformado el concepto del puesto de trabajo
individual con secretaria, manejo de información impresa y comunicación presencial
o por teléfono fijo, hoy asistimos, gracias a las tecnologías de la información
y las comunicaciones, a una disrupción
en los ambientes de trabajo y niveles de productividad.
De tal forma que la oficina tradicional empieza a ceder espacio ante un
mundo cada vez más globalizado e intercomunicado gracias a la sofisticación del
software, la tecnológica de los computadores, tabletas y dispositivos móviles, y
a los servicios de computación en la nube, avances que permiten trabajar en
cualquier parte y a toda hora, lo que ha
creado una nueva cultura empresarial y laboral que se caracteriza por ser más colaborativa
y horizontal, en contraposición a la convencional que es más individual y
jerarquizada.
La asignación habitual de un
trabajador, un puesto, empieza a ser
revaluada, por lo que el control sobre las horas-hombre de escritorio está
perdiendo terreno. En las organizaciones con modelos futurista los puestos de
trabajo individuales se sustituyen por salas de reunión que facilitan una mayor
relación entre compañeros, situación que empieza a ser estudiada por las
empresas que se dedican al diseño de mobiliario con el fin de producir lugares
de trabajo colectivos y flexibles, en medio de ambientes agradables, que revalúan
el tradicional nicho laboral hasta ahora determinado por mi silla, mi
escritorio, mi computador y, hasta hace poco, mi secretaria.
Hoy coexisten potenciales
lugares de trabajo por todas partes (una sala de reuniones, una cafetería,
un bar, un parque), pues sólo se precisa de un dispositivo móvil y conexión a
internet para tener la información que se necesita a la mano. No se depende de
un lugar físico único, cada individuo elige donde trabajar por cuanto su
oficina es portátil. Esta modalidad laboral, que exige un cambio de mentalidad
del jefe y una gran responsabilidad del empleado, está transformando las relaciones laborales y elevando las tasas de
productividad a niveles nunca imaginados.
De ahí que la nueva oficina es flexible, ya que no solo permite el
teletrabajo, sino que también replantea el puesto fijo por las mesas sin dueños
y libres de arrumes de papeles, desterrando los compartimientos individuales y
las estructuras piramidales donde la categoría del cargo es sinónimo de más
espacio, para darle valor al coworking
y al hotdesking.

La oficina futurista requiere de
espacios abiertos, con salas para que laboren equipo, enclaves de
concentración, tecnología de punta, cabinas para videoconferencias, cafetería,
zonas verdes y de relajación. En fin, espacios flexibles con potencial de incrementar
la productividad hasta en un 20%
En consecuencia, la oficina de la próxima década no se parecerá en nada
a la tradicional pues básicamente será un lugar de reuniones entre personas o
por videoconferencias. Las nuevas tecnologías revolucionaran el mundo del trabajo y los
negocios. Poco a poco se eliminará el work-face
dejando de pagarle al empleado por su
tiempo (8 horas en oficina) para remunerarlo por sus resultados. En este concepto ganará cada vez más
espacio los dispositivos móviles, la comunicación audiovisual y las
herramientas computacionales en la nube.
Estamos ante un mundo de posibilidades enormes, y entre más rápido
nuestras organizaciones se abran al
cambio, más pronto nos adaptaremos a sistemas laborales más productivos y
humanos.
Armando Rodríguez Jaramillo
Director NaoClúster - armando@naocluster.com
Director NaoClúster - armando@naocluster.com
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